martes, 12 de enero de 2010

Cuadernos 69 La virgen que conoció Lagasca

NUESTRA SEÑORA DEL MAR
La imagen que vio Lagasca de niño
Se trata de una talla gótica datada en la segunda mitad del siglo XIV (1380-1390) y realizada en alabastro. Se representa a la Virgen, bajo la advocación marinera, al estar relacionada con el famoso milagro acaecido a una nave Sanjuanista en el Mediterráneo. No cabe la menor duda de que Mariano Lagasca, siendo crío, contemplaría y aún rezaría ante la talla gótica que hoy contemplamos. Hoy sabemos que la talla ya gozaba en aquella época de niñez del encinacorbero (1776-1790) de 400 años casi exactos. Dada su inteligencia natural y sus dotes de observador minucioso, seguro supo apreciar, el infante, la riqueza de los pliegues del pesado manto de alabastro de la señora. La carnosidad de sus facciones y su respingona nariz, así como sus mejillas redondeadas y su altiva y abultada frente. La Virgen lleva un niño, que porta un pajarillo, en un brazo y un libro abierto en el otro. La cabeza de la dama fue cortada para colocarle la corona y esta mutilación nos impide, hoy, apreciar en toda su integridad el peinado y el velo que la cubría. La contemplación minuciosa del rostro de esta dama nos señala la necesidad de su restauración. Gruesos trozos de pintura han saltado de la frente, la nariz y los ojos. La preocupación por mantener nuestro patrimonio cultural en las mejores condiciones nos lleva a pedir la actuación sobre esta magnífica talla. La Virgen del Mar de Encinacorba ha sido generosa y ha acudido a cuantos eventos se la ha llamado, la última salida de la villa fue al Pabellón de las Santa sede en la Expo de Zaragoza. Justo es, pues, se la mantenga en las mejores condiciones.
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