lunes, 11 de enero de 2010

Cuadernos 67 Elogio de Lagasca NUEVE

ELOGIO HISTÓRICO
A
D. MARIANO LA GASCA
Y SEGURA
*
1776 – 1839

Por el doctor Agustín Yánez y Girona
NUEVE
La prematura y sensible muerte de Cavanilles, acaecida en 1804 privó a La-Gasca de un protector decidido, del que en realidad no debiera haber ya necesitado por la gran opinión que justamente tenía adquirida; pero experimentó en breve su falta, que antes había llorado ya como una calamidad pública, rindiendo el obsequio debido a la virtud y a la sabiduría en el elogio que compuso y publicó de su director y maestro, de su desinteresado bienhechor y amigo, elogio que se insertó en las Variedades de Ciencias Literatura y Artes del mismo año, y cuya publicación aumentaba con muchas noticias, se repitió en 1807 en el Semanario literario. Dos años se pasaron después de la muerte de Cavanilles cuando fue nombrado por Su Majestad viceprofesor del real jardín botánico, para cuya plaza aquél le había consultado en 1803, y en 1807 fue elevado a profesor de botánica médica con 9.000 reales de sueldo. La-Gasca tuvo las mismas ocupaciones: el jardín botánico, el campo, he aquí sus objetos predilectos. Se levantaba de la cama, andaba, comía, se acostaba por la noche pensando en sus estimadas plantas; los poquísimos ratos que dedicaba a su familia eran sus únicas y muy contadas diversiones; hasta sus sueños, todos eran de botánica. No me es posible dar una idea de sus vastos proyectos dedicados todos a los progresos de la ciencia y a los adelantos de la agricultura española.

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