martes, 6 de octubre de 2009

Cuadernos 8 LAGASCA COMO POLÍTICO ( 1ª parte del artículo )

(Fotografiada en la puerta de Fernando Gasca Auré (Ventorrillo)
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LAGASCA COMO POLÍTICO(*)
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F. BELLOT RODRÍGUEZ
Departamento de Botánica y Fisiología Vegetal, Universidad Complutense de Madrid.
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(Recibido el 1 de octubre de 1976)
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Resumen. El autor comenta diversos aspectos de los escritos políticos del botánico LAGASCA y sobre la ciencia de la época.
Summary. Some aspects of the political works by LAGASCA and the situation of the science in his time are commented.
"Si me oyen, que me han de llamar mal español
porque digo los abusos para que se corrijan, y porque
deseo que llegue mi patria al grado de esplendor que
cito. Aquí creen que solo ama a su patria aquel que
con vergonzoso silencio o adulando a la ignorancia
popular contribuye a la persecución del mal."
MARIANO JOSÉ DE LARRA (**)
Acabamos de oír a mi querido amigo el profesor CASASECA relatar la biografía de MANUEL MARIANO LAGASCA, que así se llamaba el hombre en cuyo honor estamos aquí reunidos. Nos ha dicho lo que es obligado en un trabajo de esta índole: las fechas de nacimiento y muerte, los trabajos botánicos, las penalidades que pasó; también, que fue perseguido y que tuvo enemigos, pero, en general, en las biografías al referirse a estos enemigos se habla de una manera difusa, como si sus contrarios fuesen unos entes quiméricos. Por ejemplo, MIGUEL COLMEIRO, el más liberal de sus biógrafos, solo nos dice: Como buen español tuvo que huir a Cádiz y al extranjero.
Vemos, pues, que las persecuciones que sufrió LAGASCA están como soterradas. Por eso hemos indagado sobre la vida pública de nuestro hombre, especialmente en los informes que hacía para la Comisión de Legislatura del Congreso de los Diputados en las Cortes de 1820 a 1823, época en la que podía expresar sus ideas sin temor a la Inquisición ni a las represalias de Fernando VII.
Como fuentes históricas hemos utilizado el discurso que pronunció en el Jardín Botánico de Madrid el día 9 de abril de 1921, y los informes escritos enviados a la citada Comisión. Dadas las circunstancias, hemos querido honrar al hombre bueno que fue LAGASCA diciendo la verdad, pues su época ofrece bastante similitud con la actual, y nos parecía honesto contribuir al homenaje silenciando su personalidad política, sino la contrario, comentando sus ideas y escritos políticos.
Para empezar, se plantea una cuestión previa: según COLMEIRO y otros historiadores, LAGASCA fue diputado durante el período 1820-1823, pero no hemos encontrado ni en la biblioteca ni en el Diario de las Cortes constancia de su juramento y toma de posesión. Habrá que buscar con menos premura de la que yo tenía. Por otra parte, si LAGASCA hubiera sido diputado habría dicho en el hemiciclo lo que en defensa de sus ideas sobre la enseñanza expresó en el Jardín Botánico de Madrid en la inauguración del curso, en abril de 1821.
El discurso del Jardín Botánico se titula Observaciones sobre la posibilidad de poner en planta dentro de tres años el proyecto de Instrucción Pública presentado a las Cortes por su Comisión de Legislatura. Voy a transcribo los párrafos que nos muestran el pensamiento político de LAGASCA y nos explican por qué le perseguían a un tiempo la Inquisición, Fernando VII y el clero retrógrado.
El discurso tiene un fin, y es demostrar que con los medios que había entonces en España se podía implantar la enseñanza en sus tres grados en un plazo máximo de tres años.El primer párrafo que tiene interés, porque nos muestra su lucha contra la corrupción de entonces, es el siguiente: Un maestro que no tiene lo necesario para vivir, se prostituye más tarde o más temprano, y cuando menos, se hace un estafador de los mismos discípulos(pág. 24, nota 2ª).
¿Por qué LAGASCA se exalta llamando nada menos que estafadores a los maestros que cometen abusos contra la ley en perjuicio del alumno? La época se prestaba a ello, pues no había una oposición que fiscalizase los actos del poder, al igual que ocurre en nuestros días. Eran las "convenezuelas", que decía el PADRE ISLA, según ha recordado recientemente el historiador de la Medicina profesor LAÍN ENTRALGO. mejor diría "corruptelas" en el sentido del diccionario, que ya las había entonces como nos denuncia LAGASCA.
Pero quizá una de las causas por las que le persiguió parte del clero fuera por sus ideas sobre la desamortización de los bienes eclesiásticos, según se muestra en el siguiente párrafo: Apenas se necesitarán edificios en muchas provincias pues bastarán los de las Universidades actuales. Muchos de los conventos suprimidos tienen huertas que podrán convertirse en Jardines Botánico o en escuelas de experimentación agrícola. Si tenemos en cuenta que entonces había más de 3.000 conventos en España, el párrafo no necesita más comentario.
En la página 7 dice: Los fondos destinados actualmente a nuestras caducas universidades y a tantas cátedras de malos maestros de latín y de Teología, suministrarán acaso los suficientes para estas nuevas universidades.
El número de Teólogos y Jurisconsultos será en adelante mucho menor que hasta aquí... con esta reducción y mandando que los sueldos de las Cátedras de Ciencias Sagradas consistiesen en prebendas eclesiásticas, conferidas por oposición y con objeto de enseñar aquellas... se facilitará su establecimiento sin necesidad de recurrir a nuevos impuestos o recargos de contribución.
En la página 9 dice, refiriéndose a las Escuelas de Medicina: Que sean dirigidas por una junta de Profesores de su seno, que se entienda inmediatamente con la Dirección General de Estudios, mediante en reglamento que ellos mismos trabajarán para que el Gobierno lo presente cuanto antes a la sanción del Congreso Nacional.
Como buen liberal, admite y desea la existencia de Universidades particulares, para estímulo de las oficiales:A todos los medios de subsistencia de la Enseñanza referidos hasta aquí, debería añadirse el derecho de títulos Gobierno, y esto por el único y poderoso motivo de que en su perfección, estará cifrado el interés particular de los empresarios.
Como vemos, es partidario de la libre empresa, idea resultante de las imperantes en las Cortes de Cádiz de 1812. En efecto, para estas Cortes el concepto de la propiedad era sagrado. Su idea de que los pudientes fueran a mejores colegios, hoy la consideraríamos antisocial.
Habla después de la necesidad de importar libros extranjeros, cosa que no le perdonaría la Inquisición, y propone también que se establezca una Escuela Normal similar a la francesa, en la que se enseñen las Ciencias Naturales, Física y Química, que contribuirían al desarrollo de España.
En resumen, LAGASCA, como buen liberal, quiso honradamente evitar el abuso de los malos eclesiásticos con sus inacabables prebendas, intentando suprimir las cátedras sobrantes de mal latín y gran cantidad de las de teología, proponiendo que estas cátedras se explicasen por canónigos con cargo a lo que ya cobraban por su canonjía, y que con el dinero sobrante de la supresión de esas cátedras, se creasen otras de Agricultura, Física y Química prácticas.
LAGASCA nunca pierde de vista los humildes, pugnando por una enseñanza elemental para todos y una media y superior para los más dotados. Nuestro botánico propone también que se favorezcan las Universidades particulares para estímulo de las oficiales, pero eso sí, con dos condiciones fundamentales: que paguen contribución y que los alumnos se examinen con tribunales formados por catedráticos del Estado. También se muestra como decidido partidario de la autonomía de las Universidades.
(*) Trabajo leído en la sesión dedicada a LAGASCA en el Simposio conmemorativo del centenario del botánico.
(**) En este país y otros artículos. Alianza Editorial, Madrid 1967: 112

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