jueves, 8 de octubre de 2009

Cuaderno 9 LAGASCA COMO POLÍTICO (2ª parte)

( Lychnis Lagascae Hook. Biblioteca de los Reales jardines Botánicos de Kew (Reino Unido)Vicent Brooks, Day and Son Imp.)
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LAGASCA COMO POLÍTICO (2ª parte)
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Vamos a hacer una ligera exposición del entorno histórico de los acontecimientos principales en que se desarrolla la época penosa de LAGASCA.
Con el regreso de Fernando VII “El Deseado” después de la Guerra de la Independencia, en 1814, bien pronto se extendieron por España organismos represivos. La nobleza regresó para ponerse a las órdenes del rey, no obstante haber jurado servilmente fidelidad a JOSE BONAPARTE. Recuérdese que los que se opusieron a NAPOLEÓN fueron el pueblo, la clase media y el clero humilde; de la nobleza y del alto clero, fueron muy pocos los que no aceptaron al rey intruso. Se inicia entonces una gran persecución contra todo lo constitucional o liberal, empezando el destierro y la prisión de muchos de los que habían luchado contra NAPOLEÓN en la Guerra de la Independencia. Pero en 1820, con motivo del regreso de las tropas derrotadas en Venezuela, cansadas de luchar en una guerra colonial ya perdida, se encontraron en Cádiz con las tropas de refresco que allá se enviaban, y surgió la sublevación de Riego, inicio de otras que obligaron a FERNANDO VII a jurar la Constitución. Empieza entonces el trienio liberal en el que LAGASCA actúa como asesor de la Comisión de Legislatura del Congreso de los Diputados. Veamos ahora lo que hicieron esas Cortes liberales de 1820- 1823, tan denostadas en muchas obras históricas.
Se abolió la esclavitud. Aún sentimos vergüenza cuando repasamos el diario del viaje de HIPÓLITO RUIZ a Perú y Chile, en el que cuenta los abusos cometidos con los indios por los concesionarios de la explotación de la corteza de quina, en las selvas de la laurisilva peruana.
Se suprimieron los monopolios y los señoríos territoriales. También se estableció el Reglamento General de Instrucción Pública, antes inexistente, que disponía el carácter obligatorio y gratuito de la primera enseñanza, se establecía la uniformidad de estudios y el examen ante un tribunal formado por profesores de establecimiento públicos. Se implanto la división de la enseñanza en sus tres grados clásicos: primara, secundaria y universitaria. También se prescribió la oposición como único medio para ingresar en el profesorado.
Como es sabido, el gobierno francés, en q823, a petición de FERNANDO VII y ante el temor de que la época liberal degenerase en una revolución similar a la francesa, decidió, con el beneplácito de la Santa Alianza, enviar un ejercito a España para ahogar todo liberalismo. El día 7 de abril de dicho año el duque de ANGULEMA cruzaba la frontera francesa con un ejercito de 100.000 hombres, entre el aplauso de la nobleza y el alto clero y ante la mirada estupefacta de un pueblo que no comprendía cómo se aceptaba la entrada de los franceses que pocos años antes habían sido tan odiados.
Entonces FERNANDO VII, tranquilizado por la presencia de las tropas francesas, inició una feroz persecución contra los liberales, persecución que costó a LAGASCA la huida a Gibraltar desde Cádiz, pasando luego a Inglaterra. Tal fue la represión, que el propio duque de Angulema y el embajador de Inglaterra pidieron a FERNANDO VII moderación.
Es durante estos períodos sin soberanía nacional ni oposición que controle los excesos cuando aparecen desenfrenados el nepotismo y la corrupción, y LAGASCA, al que no cabe mejor título que el de persona decente, sufrió las consecuencias de poseer una ética y unos principios morales fundados en el catecismo, sin más complicaciones.
Se suprimieron todos los periódicos, excepto la Gaceta oficial. Se cerraron las Universidades, pero se abrió una escuela de tauromaquia. A LAGASCA le siguieron en el exilio el geólogo CASIANO DEL PRADO, el matemático RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, el marino y matemático CÍSCAR, el militar TORRIJOS, el mejor economista de la época, FLÓREZ ESTRADA, los hombres de negocios ISTÚRIZ, MENDIZÁBAL, y tantos otros.
La amnistía dictada por la reina MARÍA CRISTINA permitió el regreso de LAGASCA, pero no todo fueron facilidades, pues tuvo que dejar parte de su equipaje científico en las aduanas en espera de tener dinero para pagarlos derechos de paso.
Por fin, fue repuesto en su cargo en el Jardín Botánico, pero maltrecho y enfermo, sin fuerzas, marchó a Barcelona en busca de un clima más benigno que el de Madrid, invitado por el obispo de aquella diócesis. Murió en la ciudad condal, en el seno de la iglesia, en junio de 1839.
Rindamos, pues, homenaje a la memoria del sabio español que fue, con CLEMENTE, precursor de las ideas sobre la selección de los cereales. Ni su gran cultura ni su personalidad científica, fueron obstáculo para que sufriera persecuciones por la batalla abierta que supo librar contra la corrupción y el nopotismo.

La estrella de Lagasca.

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