lunes, 21 de junio de 2010

Cuadernos 115 Elogio de Lagasca

Hojas de carrasca.
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ELOGIO HISTÓRICO
A
D. MARIANO LA GASCA Y SEGURA
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1776 – 1839
Por el doctor Agustín Yáñez y Girona
TREINTA Y TRES
Pero todos estos honores no mejoraron la posición de La-Gasca, que se iba agravando más y más por momentos. Destituido de todo recurso correspondiente a su edad, a sus hábitos y al estado, cada día más alarmante, de su enfermedad; privado casi absolutamente del sueldo por la penuria del erario, consiguiente a una guerra civil devastadora, se vio expuesto a todos los horrores de la miseria, que sufrió con la más estoica resignación. Esta era la última prueba que debía sufrir su virtud. En tan críticos momentos, algunos catalanes hicieron un acto de desprendimiento a favor suyo. Los que confunden la prodigalidad con la liberalidad, y pesan en la misma balanza los severos principios de la economía con los sórdidos cálculos de la avaricia, suelen tachar a los catalanes de tacaños: la suscripción secreta que se abrió en Barcelona para el socorro de La-Gasca en una ocasión tan lastimosa, y en que la mayor parte de los suscriptores fueron personas de escasísima fortuna, es un testimonio convincente de que en Cataluña existen, como en las demás provincias españolas, sujetos filantrópicos y desinteresados. La-Gasca fue socorrido, sin saber por quién ni de que manera, nueva delicadeza que realza el valor del corto socorro que se le proporcionó. En honor de esta Academia, no puedo menos de decir que uno de sus individuos dio aviso de la apuradísima situación de nuestro consocio, que otro individuo de ella estuvo ala cabeza de la suscripción y que varios otros socios tomaron parte en tan buena obra. ¡Oh, si fuese posible publicar los nombres de todos estos bienhechores!

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