lunes, 21 de junio de 2010

Cuadernos 108 Elogio de Lagasca

ELOGIO HISTÓRICO
A
D. MARIANO LA GASCA Y SEGURA
*
1776 – 1839
Por el doctor Agustín Yáñez y Girona
VEINTISEIS
Llegó La-Gasca a Cádiz habiéndolo perdido todo, cuando al cabo de tres meses se vio precisado a dejar su Patria en cuyo favor tanto había trabajado, debió a la benevolencia particular el poderse trasladar a Gibraltar y después a Londres, a donde llegó en 1823. Su familia se quedó en Cádiz en el más lastimoso estado, no pudiendo reunirse con ella para consolarse mutuamente hasta pasados dos años. Si hubiese salvado los inapreciables manuscritos que desaparecieron en Sevilla, su publicación en Londres hubiera sido altamente gloriosa para España y le hubiera dado un producto lo suficiente para mantenerse cómodamente el resto de sus días; mas había dispuesto la Providencia que La-Gasca apurase la copa del sufrimiento por todos los estilos y debiese y debiese su conservación y la de su inocente familia a la generosa hospitalidad inglesa. El ilustre proscrito, abatido pero no humillado por el infortunio, encontró en el testimonio de su conciencia pura el lenitivo de tan terribles pesares y las consideraciones que le prodigaron todos los botánicos ingleses de primera nota endulzaron los horrores de su emigración.
El generoso Lambert, el venerable Anderson, el célebre Roberto Brown, los sabios Smith, Lindley, Bentham, Hooker, David Don, Webb y otros, que sólo lo conocían por su brillante fama, le colmaron de testimonios del más alto precio.

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