lunes, 1 de marzo de 2010

Cuadernos 94 Elogio de Lagasca DIECISIETE

ELOGIO HISTÓRICO
A
D. MARIANO LA GASCA Y SEGURA
*

1776 – 1839
Por el doctor Agustín Yáñez y Girona
DIECISIETE
No contento La-Gasca con desempeñar de una manera tan esclarecida los deberes de catedrático y de director del jardín, continuó trabajando en sus dos obras favoritas. Tenía establecidas relaciones en toda la Península por medio de sus numerosos discípulos y amigos, que le iban remitiendo ejemplares de plantas, y en particular todas las variedades de cereales que se cultivan en los diferentes distritos. Entre estos corresponsales debo citar, en el seno de esta Corporación literaria, a nuestros apreciables consocios difuntos don Antonio de Martí, don Francisco Mirandell, infatigable párroco de Prats de Llusanés y don Francisco de Bahí y los actuales don Ignacio Graells, don Francisco Bolós y don Francisco Campderá. Así iba dando cima a la Ceres y a la Flora española; llevó a cabo esta última por sí solo y adelantó muchísimo la primera que consumo con Clemente. Publicó en 1816 dos cuadernos, el uno titulado Elenchus plantarum H.R.M., o sea el catálogo de las plantas del Jardín de Madrid, que el célebre Sprengel, en su filosofía de las plantas, propone como un modelo en su género, y el otro Genera et especies plantarum quo aut novos sunt, aut nondum rectè cognoscuntur; catálogo que contiene la descripción de 441 especies, la mayor parte nuevas, y algunos géneros de nueva creación en cuaderno muy pequeño, pero de gran valor y muy apreciado por Decandolle y otros botánicos de nota. En 1817 publicó la Memoria sobre las plantas barrilleras de España, de que dio una traducción alemana al distinguido Schultes, profesor de Botánica de Stuttgart, y se hicieron diferentes extractos en varios idiomas.
Trabajó también en la ilustración y ediciones de la obra de Agricultura de Herrera que publicó la Sociedad Económica Matritense en los años 1818 y 1819. Fue consultado por la comisión de ilustración pública de las Cortes de 1820 y 1821, a cuyas sesiones acudió con mucha puntualidad, suministro sus sublimes conocimientos en la parte de Medicina y de Ciencias Naturales, contribuyendo a la formación del proyecto que presentó la comisión y produjo la famosa Ley de 29 de junio de 1821. Tomó parte muy activa en los trabajos de los primeros botánicos extranjeros con quienes estaba en estrechas relaciones desde hacía mucho tiempo. Debo citar, entre otros de dichos trabajos, los dos más bellos monumentos modernos de la ciencia que honrarán eternamente a su autor, por ser las obras más generales después de la de Linneo. Hablo del Regni vegetabilis sistema naturale, y del Produmus systematis naturales regni vegetabilis del ilustre Decandolle, en cuyas descripciones y sinonimias se ve citado con frecuencia el nombre de La-Gasca, lo que no es de extrañar porque Decandolle tuvo muy presentes trabajos de nuestro sabio al componer la obra, y admite varios de sus géneros y especies, cita sus diferentes escritos y confiesa en el prólogo gran número de especies americanas regaladas por La-Gasca, que conserva en su herbario.

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