viernes, 12 de marzo de 2010

Cuadernos 98 Elogio de Lagasca DIECINUEVE

ELOGIO HISTÓRICO
A
D. MARIANO LA GASCA Y SEGURA
*
1776 – 1839
Por el doctor Agustín Yáñez y Girona
DIECINUEVE
Además de las gramíneas y de las compuestas, llamaron también otras familias muy específicamente la atención de nuestro consocio. La umbelíferas, en cuya determinación fue tan poco feliz el inmortal Linneo, y que no sufrieron reforma considerable de parte de Jusieu, Mirbel y otros autores, le atormentaron mucho desde sus primeros estudios, según el mismo confiesa; las obras de todos los botánicos que consultó sobre esta familia, le dejaron un inmenso vacío. “Sin guía, dice, anduve muchos años, tropezando como todos, dando en un escollo cuando apenas acababa de apartar la vista del otro. Veía los defectos, pero ignoraba el modo de remediarlos, veía géneros bien marcados por la naturaleza, pero no acertaba a caracterizarlos…, en una palabra: sabía de memoria muchas voces, pero tenía pocas ideas exactas… En semejante estado de confusión, mil veces emprendí y volví a dejar este estudio; los libros por lo general sólo servían para aumentar más la confusión; y así, decidido por ultimo a probar mis fuerzas en este campo de Agramante, abandoné la lectura de todos, y en 1806 me dediqué con toda intensidad a consultar únicamente el de la Naturaleza. Sacudido el yugo de toda autoridad, fui descubriendo en ésta verdades que no había podido ver en muchos años, sin embargo de haber estado mirando repetidísimas veces.” Con estos medios, que debiera tenerse presente muy a menudo, progresó La-Gasca en gran manera en el estudio de una familia tan enredada como interesante bajo todos aspectos, conoció la exactitud de los trabajos de Cusson, adoptó su nomenclatura y arregló un sistema muy aventajado al de Linneo para el estudio de las umbelíferas; lo presentó a sus discípulos para hacer aplicación de él en la enseñanza pública del jardín cuando la desempeñó en calidad de vicerrector; vio confirmados prácticamente los buenos resultados de la teoría; repitió su explicación algo modificada en los cursos posteriores al año 1814 y publicó por fin la monografía de dicha familia en el número 2 de sus Amenidades naturales, impreso en Madrid en 1821. Posteriormente, durante su emigración, publicó, en 1825, sus Observaciones sobre la familia de las aparasoladas, memoria llena de erudición y criterio, abundante en datos positivos. Estos trabajos sirvieron mucho a Decandiolle para componer su memoria sobre las umbelíferas y arreglar la clasificación de dicha familia en el tomo cuarto de su Prodomus. Aún después de la publicación de estos escritos de dicho ilustre botánico, adquirió La-Gasca nuevos conocimientos sobre las mismas plantas e hizo a nuestra Academia el ofrecimiento que no pudo cumplir a causa de su enfermedad y muerte, de una nueva memoria acerca del mismo objeto, que podemos asegurar hubiera contenido datos y reflexiones del mayor interés.

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