martes, 23 de febrero de 2010

Cuadernos 89 Elogio de Lagasca DOCE

ELOGIO HISTÓRICO
A
D. MARIANO LA GASCA Y SEGURA
*
1776 – 1839
Por el doctor Agustín Yánez y Girona

DOCE
Estalló en 1808 la gloriosa guerra de la Independencia. Después de algunas oscilaciones las tropas del Capitán del siglo se estacionaron en Madrid y en las provincias limítrofes a fines de dicho año. El Gobierno de José quiso atraer a La-Gasca a su partido y premiar sus vastos conocimientos con la plaza de director real del Real Jardín Botánico y el sueldo de 12.000 pesetas. La-Gasca había estado hasta entonces ajeno de las convulsiones políticas y concentrado únicamente en sus tareas favoritas que proseguía con una constancia inalterable. Hay que creer que las recomendación de Humboldt pesó mucho para la determinación de aquel Gobierno, el cual, aunque intruso contra la voluntad nacional, y producto de la más alevosa perfidia que refieren los anales del linaje humano, no podrá menos la historia imparcial de hacerle la justicia de publicar que protegió las ciencias y los sabios mucho más que alguno de nuestros Gobiernos legítimos. Nada podía ser más halagüeño para La-Gasca que una plaza tan brillante, tan bien dotada y tan conforme con sus estudios e inclinaciones; pero nuestro sabio consocio fue siempre todo español; la noticia confidencial de este proyecto le sobrecogió al momento; a la extrema pasión por la Botánica, sintió suceder en su corazón el pundonor nacional y el deber de patriota; se ocultó de pronto, sustrayéndose a las investigaciones de una suspicaz policía, cuya vigilancia burló últimamente fugándose de Madrid en ocasión oportuna. Esta fuga sucedió en 1809.

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