miércoles, 20 de octubre de 2010

Cuadernos 119 Elogio de Lagasca

Foto tomada el 1º de octubre en las tapias de José Luis Casanova
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ELOGIO HISTÓRICO
A
D. MARIANO LA GASCA Y SEGURA
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1776 – 1839
Por el doctor Agustín Yáñez y Girona
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TREINTA Y SEIS
En este lastimoso periodo de su existencia, recibió noticias del nombramiento de socio corresponsal con que le manifestó su aprecio en 14 de abril la Sociedad Farmacéutica Lusitana; disponiendo la providencia que, así como una corporación médica fue la primera en distinguirle con el título de socio, otra corporación farmacéutica fuese la última en manifestar al orbe civilizado el respeto que se debía a su relevante mérito. En aquellos últimos de su vida manifestó mucho afecto a varios individuos de esta Academia, entre los que no puedo tener el honor de contarme porque las atenciones que tuvo conmigo eran un puro afecto de su modestia y benevolencia. Estimó particularmente a nuestros malogrados consocios don Joaquín Doménech y don Pastor Rosés, de quienes había formado las más bellas esperanzas, muy ajeno de que pronto debía seguirle y acompañarle a la tumba estos dos jóvenes, como dos plantas segadas por la guadaña antes de completar su florescencia. Hablaba siempre con especial cariño de nuestros consocios ausentes, amigos íntimos suyos, don Mariano Graells y don Eduardo Carreño, y en términos tan expresivos de su talento y constancia, como si este último debiese ser su sucesor en la botánica nacional, y aquel su representante en la zoología española. Los presentimientos de nuestro sabio moribundo han fallado desgraciadamente en cuanto a Carreño, victima de su celo y laboriosidad en París y cuya temprana muerte lloran todos los amantes de las Ciencias. ¡Quiera Dios que a lo menos se verifiquen en cuanto a nuestro Graells!

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