martes, 1 de diciembre de 2009

Cuadernos 47 Biografia de Lagasca por V. Martínez

MARIANO LAGASCA: UN BOTÁNICO DE FAMA MUNDIAL
Por: Vicente Martínez Tejero
( V )
EL EXILIO

Invadida España por “los cien mil Hijos de San Luis”, tuvieron lugar los trágicos sucesos sevillanos del 13 de junio de 1823 en los que Lagasca perdería para siempre lo más selecto de su herbario, biblioteca y todos sus manuscritos. Por decreto, fueron declarados traidores y reos de muerte los diputados, entre ellos Lagasca, que había votado a favor de la destitución de Fernando VII en la última sesión de Cortes celebrada el 11 de junio. A través de Cádiz y Gibraltar, logró huir a Inglaterra con los liberales que salvaron la vida en la durísima represión que siguió al triunfo absolutista.Desde 1819 pertenecía a la Sociedad Hortocultural de Londres y había mantenido frecuente correspondencia con distintos botánicos ingleses, Hooker, Brown, Lindley, etc., que le hicieron menos penoso el destierro y le abrieron las puertas del jardín Botánico de Chelsea donde continuó sus trabajos.
Pronto envió a Cádiz la primera monografía redactada en el exilio que sería publicada en el periódico de la Sociedad Medico-Quirúrgica; en ella se lamentó por la pérdida de sus manuscritos, libros y herbario y dio a conocer dos especies españolas nuevas que describió de memoria.
Colaboró en distintos periódicos de la emigración; en Repertorio Americano publicó traducida del latín, una parte de la obra de Martius acerca de las plantas medicinales del Brasil y en Ocios de Españoles Emigrados, vieron la luz Observaciones sobre la familia natural de las plantas aparasoladas.
De Hortus Siccus Londinensis solo logró ver impresos cuatro fascículos y algunos estudios no se publicaron por falta de suscriptores. El dinero obtenido por la clasificación del herbario traído de la India por un viajero inglés le permitió sacar de España a su familia. En 1826 y 1827 publicó en The Gardener´s Magazine varios trabajos acerca de jardines y de recreo.
Tuvo oportunidad de viajar a Chile como botánico y Smith le propuso para Catedrático en una Universidad norteamericana. En cualquier caso no atravesó el Atlántico como sus coetáneos Azara, Sessé. Boldó, Castillo, etc, naturalistas aragoneses que pocos años antes, habían realizado notables trabajos biológicos en América.
Participó activamente en la revisión del Diccionario de las lenguas Española e Inglesa de Newman y Baretti que dirigió su antiguo colega y amigo, Mateo Seoane. Las relaciones con sus compatriotas alcanzaron el fruto máximo en la creación del Ateneo Español de Londres, institución destinada a la enseñanza gratuita de los hijos de exiliados. Con numerosos alumnos inscritos y gracias a las gestiones de Núñez de Arenas, Mendíbil y Lagsca, la apertura del Ateneo pudo celebrarse el 16 de marzo de 1829, impartiendo éste las clases de botánica.
El clima londinense no resultó favorable para sus afecciones respiratorias que degeneraron en catarro crónico, viéndose obligado a pasar a la isla de Jersey donde residiría desde 1831 hasta 1834.
En esta isla desarrolló una notable labor científica y técnica; formó un herbario de fanerógamas y helechos, redactó un catálogo genral de flora local y asesoró a algunos agricultores para que mejorasen sus cultivos; uno de ellos le escribiría a España, años más tarde, para agradecerle sus enseñanzas. El gobierno inglés que en principio había prohibido la importación a Inglaterra de cereales procedentes de Jersey, tras estudiar las muestras de granos obtenidos siguiendo los consejos del aragonés, no sólo revocó la prohibición sino que declaró a Jersey semillero nacional.
De los numerosos liberales exiliados en Inglaterra, sólo Lagasca mantuvo una actividad creadora propia de su brillante pasado.
Su estancia en las islas le permitió estudiar el herbario de Linneo y en definitiva, modificar la imagen de la ciencia española que circulaba por Europa y que sería definitivamente desterrada por Cajal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario