viernes, 12 de noviembre de 2010

Cuadernos 124 Elogio de Lagasca

ELOGIO HISTÓRICO
A
D. MARIANO LA GASCA Y SEGURA
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1776 – 1839
Por el doctor Agustín Yáñez y Girona
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TREINTA Y SIETE
Por fin, fortalecido con el testimonio de una conciencia pura, vio con calma acercarse aquel instante tan terrible para los malvados, y después de haber recibido todos los auxilios religiosos, murió de una angina de pecho el día 26 de junio de 1839, a las siete y media de la tarde, a los 62 años, 8 meses y 21 días de edad.
Nuestro respetable prelado, la municipalidad de Barcelona, las Corporaciones literarias de la ciudad y varias personas distinguidas se esmeraron en hacerle unas exequias correspondientes a su relevante mérito o a lo menos las más lúcidas que permitían nuestras costumbres. Esta Academia, como la más ligada con el ilustre difunto en atención a su objeto, tomó la iniciativa y confió el elogio fúnebre al menor de sus individuos, como si la cortedad del orador debiese realzar más la brillantez del objeto que se le confiaba ensalzar. Todos los periódicos de la ciudad publicaron la relación de dichas exequias y el elogio fúnebre que en ellas se improvisó. Muchos periódicos políticos del reino y científicos extranjeros, manifestaron en diferentes términos cuán sensible debía ser para los amantes de las ciencias entre ellos el artículo biográfico, inserto por su discípulo mensual que se publica en parís bajo el nombre de Anales de Ciencias naturales (véase el número de septiembre de 1840). Los botánicos de todos los países han manifestado por diferentes conductos su dolor por el fallecimiento de La-Gasca y consignado en varias obras los resultados de su laboriosidad, como un monumento eterno de los progresos que le debió la ciencia de los vegetales. Hasta su nombre queda inmortalizado en los fastos de la ciencia. Cavanilles fue el primero que le consagró un género de plantas compuestas en los Anales de Ciencias Naturales, año de 1800, género que comprendía una sola especie americana, “Lagasca mollis”: Humboldt, Bonpland y Kunth adoptaron el género Lagasca que por último ha admitido Decandolle en su Prodomus, tomo 6º, en la tribu de las vernoniáceas, dividiéndolo en dos secciones, la una que comprende la sola especie de Cavanilles, y la otra que corresponde a Lagasca de Lessing y abraza siete especies, todas también americanas. Tiene además nuestro consocio dedicadas muchas especies, que se denominan con su nombre adjetivado o puesto en genitivo. Tales son las crucíferas Iris Lagascana que le dedicó Decandolle en el tomo 2º de su Sistema universale, indicándola como vegetal de los reinos de Valencia Murcia, descrita por nuestro sabio en su Flora Española inédita bajo el nombre de Iberis spathulata, y la koniga Lagascae de Webb (Iber hispaniense, París 1838), planta de Sierra Nevada, hallada por La-Gasca y denominada Alyssumpupureum; la cristinea Heliantheman Lagascoe Dunal, planta española, conocida por nuestro sabio y adoptada con la misma denominación en el tomo 1º del Prodomus; la leguminosa Glycine Lagascoe que se halla descrita en el tomo 2º del mismo Prodomus, y La-Gasca había remitido seca a Decandolle; la compuesta Galoptilium Lagascoe, dedicada por Hooke a nuestro sabio y admitida en el tomo 7º del Prodomus; la violariácea Mnemion Lagascoe Webb (Ibidem), planta de Sierra Nevada, descrita por La-Gasca y Rodríguez con el nombrede Viola cenisia; la borragínea Echium Lagascoe Boissier (Elechus plantarum novarum minusque cognitarum in Hispania australi collectarum. Ginebra, 1838), especie hallada por dicho autor cerca de Málaga y Alhama, que La-Gasca había visto en Cádiz, etc. etc.

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